Anatema para Markward de Anweiler por el papa Inocencio III

 

"Excomulgamos, anatematizamos, maldecimos y le condenamos, como perjuro, blasfemo, incendiario, como infiel y como criminal y usurpador, en nombre de Dios Padre Todopoderoso, y del Hijo, y del Espíritu Santo, por la autoridad de los benditos apóstoles Pedro y Pablo, y por la nuestra propia. Ordenamos que en adelante quien le facilite ayuda o favor, o le suministre a él y a sus tropas alimento, vestido, naves, armas u otra cosa cualquiera que pueda aprovecharle, sufra la misma sentencia; más aún, el clérigo, sea cual fuere su orden o dignidad, que se atreva a rezar el servicio divino para él, sepa que ha incurrido en la pena corresponde a un individuo de su rango y su orden».

Paul Johnson, La historia del cristianismo, Pag. 230.


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